sábado, 4 de junio de 2011

Un deseo o una necesidad: Democracia interna en los partidos

Se habla mucho de que los grandes partidos políticos impiden que la democracia sea ejercida por los ciudadanos. Así es, pero para solucionarlo hay que conocer cómo y por qué sucede esto. Quienes hemos participado en partidos políticos y hemos observado su funcionamiento interno podemos aportar alguna luz al respecto.
En principio, la Ley española marca que la estructura interna y el funcionamiento de los partidos han de ser democráticos. Eso dicen tanto la Constitución (art. 6) como la Ley Orgánica de Partidos (art. 7), pero ahí se queda todo. Si eso se cumpliese, serían organizaciones al servicio de los ciudadanos y de la sociedad, pero todos sabemos que no es así.
Existen unos pocos principios imprescindibles en democracia y uno de los más importantes no es efectivo dentro de los partidos: la división de poderes. En la práctica, todo el poder y todas las funciones de ese poder terminan bajo el control del mismo grupo de personas. Los líderes del partido enseguida controlan los órganos representativos, los órganos de dirección y los escasos órganos de control interno, que así pierden su función. El debate de ideas desaparece y lo único que importa es quién ocupa tal o cuál puesto y quién está más arriba en la lista electoral. Por ese perverso mecanismo, se crean estructuras clientelares. Los afiliados con ideas propias son apartados del camino, mientras que los más dóciles con el poder de turno tienen posibilidades de hacer carrera política. Esto tiene muy graves consecuencias. Por una parte, los partidos actuales son ideológicamente estériles. En su seno no existe debate político alguno, lo que les impide ofrecer propuestas a la sociedad y los aleja de cubrir las necesidades de ésta. Se nutren sólo de las ocurrencias de una minoría escasamente abierta a la sociedad. Por otra parte, los políticos que esos partidos llevan a sus listas electorales y que así terminan siendo elegidos suelen ser tan mediocres como dóciles. Las personas sinceras e independientes raramente aguantan en política. Por el contrario, quienes llegan a cargos públicos representativos o bien son mansos gregarios o incluso algunos dan la sorpresa de corromperse en cuanto tienen acceso a ello. A los políticos actuales les sale mucho más a cuenta ser fieles al líder y al aparato de su partido que a sus votantes y a su conciencia.
Una de las herramientas utilizadas por los aparatos clientelares de los partidos para ejercer su dominio son las listas cerradas. No sólo las listas para la elección pública de diputados o concejales, sino también las listas internas a los órganos del propio partido. Una lista cerrada permite a quien la confecciona repartir las expectativas de poder. Mientras que con listas abiertas el elector es quien otorga la representación a unos u otros candidatos, con listas cerradas es el aparato del partido el que premia o castiga a sus propios afiliados. Se trata de la famosa frase “el que se mueva no sale en la foto”. Si queremos democracia, las listas abiertas son imprescindibles también para los procesos electorales internos de los partidos.
Los afiliados no tienen protección contra los abusos de la dirección del aparato. Cuando un afiliado resulta demasiado “independiente” basta con excluirle del reparto clientelar. Sin embargo, si ese afiliado o bien un grupo de ellos tienen capacidad de plantear problemas al grupo dominante, nada impide al aparato privarle de sus derechos mediante expedientes arbitrarios. Los escasos mecanismos de garantía de derechos siempre están en manos de los mismos que han abierto los expedientes, por lo que los recursos contra las sanciones no prosperarán. Si los agraviados recurren a la justicia ordinaria, difícilmente ningún tribunal sentará el precedente de revisar las decisiones de una organización tan poderosa y el afiliado díscolo quedará nuevamente desamparado. Es por ello necesario concretar las leyes en lo referente a la garantía de derechos de las personas ante los partidos.
Los votantes no pueden reclamar ante el incumplimiento del programa electoral. El programa es el “contrato” entre el candidato y sus electores. Cuando un político o un partido incumple o incluso traiciona abiertamente su programa está violando ese pacto. Ahora los ciudadanos tienen que asistir impotentes ante esa violación.
Es muy importante caer en la cuenta de que la falta de democracia interna no sólo aqueja a los grandes partidos, sino también a los pequeños. Es normal que centremos nuestro descontento con los grandes, debido a lo mucho que nos han defraudado, pero sería ingenuo pensar que nuevas incorporaciones no van a caer en los mismos o peores vicios. Para mostrar esto existen multitud de ejemplos. Los partidos menores no están dirigidos por ciudadanos descontentos que quieren cambiar el sistema. Muchos de ellos obedecen a intereses particulares, clientelares o personales y aprovechan los resquicios del bipartidismo para obtener su trozo de la tarta. Por eso, una reforma de la Ley electoral que facilite la entrada de los pequeños en las instituciones tiene que ir acompañada de la obligada democratización de todos ellos, sean grandes o pequeños.
Por todo lo anterior y por otras razones que se pueden exponer, es de desear que se modifique o se complemente la Ley de Partidos, con una redacción concreta e inequívoca que obligue a la democratización interna de estos, incluyendo listas abiertas en sus elecciones internas, incompatibilidades, limitación de mandatos, órganos de control independientes, garantía de derechos de afiliados y electores, así como mecanismos de transparencia política y económica.
Tenemos también el problema de que a la gente le gustan demasiado los líderes. Se habla mucho más de personas que de ideas o propuestas. Una vez que se crea un líder, muchos le otorgan estúpidamente una alta credibilidad e incluso un seguimiento incondicional y ciego. Pero eso no se puede cambiar con una ley. Si la cultura democrática fuera común en nuestra sociedad, consideraríamos a quienes ejercen el poder como lo que son, nuestros representantes. Les haríamos responsables de servir a la sociedad y no les toleraríamos servirse de ella. En la asignatura de educación para la ciudadanía y en los medios de comunicación en general habría que fomentar el espíritu libre, crítico e inconformista. Eso dificultaría que se nos hurtase la democracia, tanto dentro de los partidos como fuera de ellos. Hasta que esa conciencia crítica se generalice, o incluso aunque nunca lo haga, los pocos o muchos que ahora la tenemos debemos manifestarla.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Como se podría definir la estructura de un partido político:
- que nazca con unos valores éticos incorruptibles, compartidos y exigidos por todos sus afiliados, con lo que no se mercadea. UNA SOCIEDAD SIN VALORES NO VALE NADA.
- que supere cualquier modelo de organización política actual, presentando una propuesta organización novedosa, audaz, democrática, ágil, eficiente con sus recursos y eficaz con sus objetivos. UN NUEVO MODELO ORGANIZATIVO ES POSIBLE.
- que canalice las inquietudes de sus afiliados dandoles soporte y estructura y generando la confianza de los afiliados que sienten respaldo y acomodo en él. ES CUESTIÓN DE VOLUNTAD...
- que cuente con las herramientas precisas que eviten la insana ambición de poder y que faciliten la salida de la vida política de los cargos electos (para que nadie se tenga que aferrar a su cargo por motivos de subsistencia económica) NECESARIO PARA LA HIGIENE POLÍTICA
- ...

Javier, pienso que con sensatez creativa y audaz se podría definir la estructura de un partido "democratico" y a la par eficiente con sus recursos y eficaz en sus cometidos. Tu propuesta de estatutos de UPyD podría ser un gran punto de partida.

Spanish evolution dijo...

Estoy total y absolutamente de acuerdo con el análisis.No hay desperdicio.

El problema que sí veo, es que dentro de la SpanishRevolution se hace exactamente lo mismo. Efectivamente hay asambleas y de manera responsable y escrupulosa se elaboró una lista de exigencias; sin embargo, si observamos más de cerca, al momento de realizar propuestas todo "desaparece" (algunos incluso creen que no hacen falta..Si me demuestran que realmente no hacen falta, cosa que contradice la historia de occidente, por supuesto que yo y millones daríamos un apoyo más incondicional. Pero solidaridad con lo que puede ser otro totalitarismo ni de coña!)
Yo he abierto este blog como humilde aporte para el debate:
http://spanishevolution.wordpress.com/

Lo que he conseguido es que me den la espalda, y me refiero al liderazgo del movimiento...Parece ser que todo lo quieren "Ya". Eso me parece sospechoso...Lamentablemente, nada es así en la vida. Todo amerita un desarrollo, trabajo y más trabajo.

Al final, las cosas salen como deben, y eso es lo que llamo "éxito". De lo contrario, todo se reduce a una cyber pataleta y más nada (exactamente ahí comenzaría un problema nuevo para todos, no para los políticos, sino todos).

No me extiendo más pues creo que no es el espacio para eso.

Gracias :)

Anónimo dijo...

Hay partidos como Pirates de Catalunya (partido hermano de Partido Pirata) donde el caso es el opuesto: hacen uso de la democracia directa para decidir su funcionamiento.

Incluso la composición de las listas, al menos los primeros lugares, son decididos por su sistema de participación, totalmente público y verificable: https://xifrat.pirata.cat/ideatorrent/idea/85/ o https://xifrat.pirata.cat/ideatorrent/idea/87/

Otro ejemplo es la validación de presencia oficial de afiliados en otras listas, así como apoyos oficiales: https://xifrat.pirata.cat/ideatorrent/idea/77/

Anónimo dijo...

Magnifico post, soy delegado sindical y os puedo asegurar que internamente el problema es el mismo. Aunque creo que algunos sindicatos tienen mas margen de maniobra interna que los principales partidos politicos.

Alberto dijo...

estoy totalmente de acuerdo con cambiar el sistema electoral a listas abiertas, pero no es facil cambiar los sistemas, para ello tendra que haber grandes manifestaciones y opiniones de peso, porque como casi siempre los que mandan no haran una Ley contra ellos, y digo casi porque hubo uno ADOLFO SUAREZ que si lo hizo

Omar Little dijo...

Según el embajador americano en España, Wikileaks (me sorprende que, habiéndose publicado esto en El País, nadie se haya hecho eco, y más con la que está cayendo): "estoy asombrado de cómo funcionan los partidos políticos en España. No es el que más talento tiene o el más válido el que tiene más posibilidades de progresar, sino que todo el mundo sabe que la manera más fácil de ascender ("trepar") en un partido político español es rendir pleitesía a las vacas sagradas del partido."

Todo está dicho en ese párrafo.

Anónimo dijo...

Me gustaría saber cual es tu particular visión del movimiento 15-M o de Democracia real Ya, si crees que estos movimientos pueden llegar a ser el principio o el germen de un cambio positivo, o si por el contrario el Sistema es un gigante demasiado grande cuyo entramado es imposible combatir porque todo lo que intente su cambio será fagocitado por él.

RadioTV dijo...

Muy buenoo!