En general a todos nos gusta tener agua caliente, calefacción, luz y si no automóvil al menos transporte público. Por supuesto, productos manufacturados y trabajo en fábricas grandes consumidoras de energía y como no, televisión. A la vez queremos sentirnos respetuosos con el medio ambiente. La solución de este cóctel nos la han dado hecha: moratoria nuclear, energías renovables y mucho, mucho petróleo comprado y quemado. Sin embargo, alguien debería explicarnos algo que sí es una verdad incómoda. España importa gran cantidad de energía eléctrica de Francia producida por centrales nucleares y como parte del contrato, tenemos que quedarnos con los residuos nucleares franceses correspondientes. Nuestra dependencia estratégica del petróleo es muy alta y su precio está por las nubes. Ahora se nos sube el recibo de la luz, después de estar pagando la moratoria nuclear durante años. Las energías renovables presentan limitaciones. El Gobierno, como en tantas otras cosas, practica la política del avestruz. ¿Para cuándo un debate nacional sobre política energética?
martes, 17 de junio de 2008
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